Estamos a poco de la Navidad y como en cada año la caridad se hace presente en todos lados: canastas de abarrotes, chocolatadas, rifas, donaciones de juguetes o de ropa, etc.; y para muchos la sensación de poder ayudar a quien menos tiene es bastante reconfortante, más aún cuando los beneficiados te agradecen con una sonrisa de oreja a oreja. Habiendo consenso en algo tan sencillo uno probablemente podría preguntarse: Si siempre nos sentimos a gusto practicando la caridad, ¿por qué no la practicamos permanentemente? Pues las respuestas probablemente vayan por un mismo camino: la plata no sobra, los recursos no son infinitos y deben salir de una fuente, y si no se atiende constantemente esa fuente la caridad acabaría en cualquier momento.
Esto lo tienen clarísimo Sebastián Paredes y Marisol Layseca (egresados de arquitectura de la UPC) desde antes de crear MUTUO, una iniciativa con la cual buscan ayudar a muchísimas personas con problemas para conseguir una vivienda formal y profesionalmente trabajada, sin la necesidad de perjudicarse económicamente y proyectándose para un tiempo prolongado. La idea es tan buena que cuando Marisol (o simplemente Mar) postuló para ser Embajadora por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Misión 2030) terminó siendo una de las elegidas al presentarla. ¿Por qué? Bueno, conozcamos su historia.

En reunión con los Embajadores ODS. (FUENTE: Facebook)
- ¿Qué tanto sientes que trabaja el arquitecto peruano para solucionar los problemas de vivienda en este país?
- Hoy en día siento que no hay demasiada incidencia en los arquitectos sobre la problemática de vivienda. Creo que es algo que se ha dejado un poco de lado y que viene desde la formación académica, porque no se plantea realmente a este gran grupo de personas como un potencial cliente nuestro y como siempre se ve desde la perspectiva de hacer caridad para ellos; creo que los arquitectos huyen a plantear soluciones en ese sentido porque obviamente no pueden vivir haciendo caridad. Pero también creo que en los últimos años ha habido una movilización no solo en el tema de vivienda sino también en las problemáticas sociales o urbanas por parte de los estudiantes, donde se ha tomado un poco más de conciencia el potencial que tenemos de hacer un cambio, y además en los últimos cinco años se ha notado que diversos colectivos de distintas universidades se han podido convertir en ONG o en asociaciones sin fines de lucro que están trabajando distintas acciones para la ciudad.
- ¿Y en qué momento de tu carrera profesional o como estudiante pudiste darte cuenta de todo esto que estás comentando ahora?
- Originalmente, cuando postulé a arquitectura en la UPC y tuve que llenar una hoja de vida en la que tenía que decir dónde me veía trabajando al final de la carrera sí tenía claro que quería hacer algo de carácter social y me acuerdo haber puesto que me gustaría trabajar para proyectos de Naciones Unidas en África, pero durante la carrera perdí un poco el foco en ese sentido porque la carrera en ocasiones estaba muy orientada a temas más artísticos, una arquitectura más de escultura o de exploración del espacio pero no necesariamente de las personas o para quién es ese espacio; esa es una forma intensa de ver la arquitectura y no la critico, pero siento que me alejé un poco de la visión social no porque la perdiera sino porque ya no evaluaba mi ejercicio profesional más adelante en ese sentido. Pero volvió en los dos últimos años de carrera y formé parte de un colectivo que trabajaba los materiales y técnicas tradicionales para revalorarlos al interior del país; eso me terminó de acercar y cuando terminé la carrera ya lo tenía más claro.
- ¿Esto fue el motivo con el que nació MUTUO o hubo algún otro impulso del que haya podido partir?
- Bueno, por un lado en estos últimos dos años en los que me acerqué a la actividad social me di cuenta de que habían vacíos como para lograr que un proyecto de características sociales fuese autosostenible en el tiempo sin que hubiera ayuda externa o donaciones siempre, lo cual era lidiar con la incertidumbre: si realmente iba a surgir un proyecto, si se iba a poder hacer o si al siguiente año iba a haber otro; por un lado ese fue un impulso. Por otro lado en el 2015, habiendo acabado la carrera, tres amigos y yo decidimos intentar hacer arquitectura para alguien que lo necesitara sin necesidad de que tuviera plata para pagarla, y así conocimos a una familia de un salvavidas del sur que tenía un terreno al costado de la casa de su mamá donde sus hermanos y él querían construir un pequeño edificio de departamentos para vivir en el futuro, y tenían un hermano maestro de obra pero no confiaban demasiado en él para el diseño. Entonces tomamos el reto de trabajar para ellos, quienes tenían unas ganas muy fuertes de, aunque pudiesen pagar poco, pagarnos. Así que lo que hicimos fue definir el contrato con un monto simbólico, ya que tampoco queríamos dejar que ellos se dejasen de sentir clientes nuestros para que pudieran reclamar y empoderarse, y para nosotros también sentirnos al servicio de ellos y con la obligación de cumplir con las responsabilidades. Ellos tenían ahorrada una plata para construir, pero la mamá se enfermó y tuvieron que cubrir su salud con esa plata porque… bueno, todos conocemos el sistema de salud deficiente que tenemos, por lo que ya no iban a poder construir y nos pidieron que pusiéramos un stop al desarrollo del proyecto. Aun así les entregamos un anteproyecto con el cual estuvieron súper contentos, y pese a que ya ni quisimos cobrarles lo estipulado ellos igual quisieron pagarnos y nos metieron la plata a la cartera. Así empezamos a pensar que realmente debía haber un montón de personas que podían tener un ahorro o algún otro medio por el cual pudieran acceder a plata para construir y que realmente estaban dispuestos a hacer el esfuerzo para que alguien trabajara por ellos, y más o menos ese fue el impulso final para terminar de pensar en cómo podía ser el modelo que terminó resultando MUTUO.
- Comparando con otras iniciativas de carácter urbano-arquitectónico para generar el acceso a una vivienda digna a más personas, ¿qué sientes que diferencia a MUTUO de los demás?
Por un lado lo que nosotros queríamos plantear es que MUTUO funcione por co-creación. La idea no es poner: “Este proyecto fue hecho por MUTUO”, sino convocar a la comunidad de arquitectos nacional e internacional a que planteen soluciones para gente como la familia Arias, y finalmente MUTUO sí termina desarrollando los proyectos pero como un equipo de diseño sin que la autoría original se pierda. Lo otro es que buscamos que realmente sea una alianza completa y secular entre la comunidad de arquitectos, la comunidad no atendida, el Estado intentando acercar los créditos que hoy existen (muchos de los cuales no se conocen y se entregan poquitísimo), y la academia misma en la que ya se está dando un cambio en la formación de los nuevos arquitectos de cara a la sociedad. Cuando ganamos el premio (Emprende UP), que nos ayudó este año a lanzar el proyecto y la plataforma web, el jurado nos dijo que les gustó nuestro proyecto porque sentían que nosotros habíamos generado un círculo virtuoso, y es ese el sentido por el cual tenemos que trabajar en alianzas: el Ministerio de Vivienda debe estar involucrado, las entidades financieras que dan crédito tienen que estar involucradas, porque si finalmente no logramos eso caemos en lo mismo: necesitar donaciones de quién sabe quién para poder funcionar.
Fuente: Facebook
- ¿Y cuáles consideras que han sido sus principales logros hasta la fecha?
- Por un lado haber ganado el fondo “Emprende UP” de la Universidad del Pacífico en noviembre del año pasado: eso fue crucial porque si no ahorita iríamos un poquito más lento. Luego fuimos invitados a participar del Shelter Cluster, que es la mesa que reúne a diversos actores de la red humanitaria en Naciones Unidas para trabajar en el tema de la reconstrucción, lo cual fue un momento de debate y de actualización por lo que pasó con los desastres del Fenómeno de El Niño de este año; ahí estuvimos cerca de varias instituciones que estaban trabajando en la reconstrucción y en cómo las familias afectadas iban a acceder en primer término a una vivienda temporal y luego a una vivienda definitiva, y pudimos crear un documento que sirviese a estas familias. La idea era entregarlo a la gente que estaba a cargo de la mesa para que se pudiera difundir en las distintas instituciones que estaban trabajando en el norte sobre cómo las familias luego de la vivienda temporal podían finalmente pensar en acceder a una vivienda definitiva; eso era como resumir lo que MUTUO quiere hacer y nos gustó un montón. Un súper logro fue lanzar la plataforma en junio, porque gracias a ello nos ha escrito gente de Europa diciendo que quisieran participar y tuvimos ayuda de nuestra universidad (la UPC) para tener publicidad dentro de Archdaily, quienes luego nos escribieron diciendo que por tener una súper campaña habíamos superado y triplicado los indicadores que ellos manejaban sobre las distintas publicaciones que hacen. Y bueno, hace poquito postulé para ser embajadora por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) donde si bien te evaluaban por quién eres, porque finalmente eres el embajador, evaluaban también la iniciativa que estabas llevando a cabo; ahora que ya fui seleccionada he podido conversar con ellos y me han dicho que es un proyecto que los enamoró mucho cuando leyeron la postulación, así que creo que es un logro para MUTUO también.
- ¿Y cómo fue que te animaste a formar parte de este grupo?
- La verdad desde la concepción de MUTUO sabíamos de los ODS y habíamos intentado alinear MUTUO con el Objetivo 11 que es sobre ciudades y comunidades sostenibles, lo cual está en nuestra página web y en nuestro video. Me llegó un mail donde se me explicaba que estaban buscando diversos líderes jóvenes que tuvieran iniciativas a postular como embajadores por estos objetivos, y obviamente me sentí súper identificada porque si bien no te pedían que tu iniciativa estuviera desde ya alineada ni tampoco saber qué eran los ODS yo sí sabía qué eran y mi iniciativa ya estaba alineada. En ese momento me decía: “bueno, en verdad debería postular”, pero casi se me pasa, postulé el último día y fue maratónico: Sebastián (Paredes) me ayudó como diez horas, produje toda la información necesaria que incluía video, un ensayo, etc.; postulé y luego de un proceso de selección medio largo quedé. Siento que el mail llegó a mí en un momento indicado porque creo que sí es necesario que más iniciativas se alineen; estos objetivos son de carácter universal, son de cara al 2030 y es necesario que ahorita se haga un llamado de acción a todos a alinearse.
- En este tiempo que has podido contactarlos y han podido irse conociendo, ¿qué tantos temas han podido abarcar en estas reuniones?
- En realidad recién fuimos seleccionados hace un mes y ahí tuvimos solo dos días de conocernos, que fue muy rapidito, y luego la semana pasada sí hubo como un boot camp que se llamó “La semana de embajadores” en donde estuvimos todos los días reunidos. Los chicos de provincia, que son siete, dormían en el lugar donde nos reuníamos, los demás estábamos desde tempranito hasta la noche, por lo que tuvimos que separar la semana como si fueran vacaciones… pero no eran vacaciones. Y lo que hemos hecho es profundizar en conocernos, más que nada entender cuál es el desafío, que por sobre todo es convocar a más gente a que se alinee, y hemos llevado distintos talleres sobre derechos humanos sobre cómo comunicar la información. Vamos a tener mentorías todo el próximo año para distintas actividades que tenemos que promover para que nuestras iniciativas no sean las únicas que se visualizan sino que a través de nuestras iniciativas hacer visibles otras que se pueden estar moviendo en ese sentido pero que ahorita no se ven mucho. Entonces creo que el ánimo en general es ese: ahorita somos 17 representantes de un montón de chicos jóvenes que están haciendo distintas cosas o que tienen ganas de hacer distintas cosas y todavía no lo hacen, por lo que también uno de los ejes más importantes es crear alianzas para la visibilización de todas las demás iniciativas que existan.
- En todo este tiempo de nuevas experiencias, ¿qué otros problemas consideras que hay que trabajar para lograr un desarrollo sostenible en nuestras ciudades?
- Bueno, un tema súper importante es el transporte. Creo que sobre todo en el Perú y en Lima vivimos la problemática de un transporte ineficiente y creo que una ciudad sostenible no es sólo preocuparte por el medio ambiente sino por las personas que viven en él y cómo hacer su calidad de vida mejor, y creo que es algo que se deja de lado y que hay que atender ya. Por otro lado… hace poco estuvimos reunidos con una empresa que trabaja pisos a partir de material reciclado de plástico y madera; respecto a eso creo que hay nuevas formas de atender la sostenibilidad desde las personas y desde el ámbito ambiental: hay que empezar a ver qué estamos usando, cómo lo estamos usando y cómo se pueden desarrollar industrias creativas en torno a los materiales que no estábamos viendo. Y bueno, es crucial que el acceso a servicios básicos esté para todos, porque la calidad de vida de las personas mejora una vez que puede acceder a agua, a luz, a un transporte que puede llevar a tus hijos en corto tiempo al colegio sin preocuparte porque se choquen y mueran en una combi asesina. Entonces creo que la sostenibilidad es pensar en el bienestar de las personas, y ese bienestar viene desde estar en una ciudad más limpia y estar pensando en el medio ambiente hasta qué tan feliz te sientes desde tu casa al trabajo con un transporte adecuado.
- Para terminar: ¿Qué crees que deberían mejorar para la formación de nuestros próximos arquitectos?
Como te decía antes: creo que es necesario que desde las escuelas de arquitectura se aborden temas sociales pero no solo desde un ensayo o investigación, sino empezar a generar acciones que realmente hagan que el alumno encare realidades distintas a las que conoce y que sepa que se puede hacer cargo de eso sin tanto esfuerzo… o sea sí representa un esfuerzo pero se siente tan alejado que parece que nunca vas a poder hacer nada. Pero creo que ya está pasando: si no estaba planteado desde las universidades creo que los alumnos empezaron a demostrar mediante distintos colectivos que era necesario abordar la situación con acciones y no solo investigando; y creo que en la arquitectura al menos para quien es parte de Latinoamérica, el tercer mundo subdesarrollado, es casi una obligación darte cuenta de eso. Es decir, si naces en otro lugar del mundo en donde no existen esas problemáticas puedes hacerte el ciego y trabajar para lo que tu entorno en ese contexto necesita, pero en un contexto en el que es tan evidente la necesidad de tantos cambios debe ser una obligación del arquitecto y del estudiante de arquitectura movilizarse para solucionar algo y no solo para hacer casas de playa en el sur de Lima, que yo siento que en buena parte fue para lo que se estaba formando a los arquitectos en el Perú, pero creo que ya empezó a cambiar, así que en ese sentido soy optimista.
Mar layseca y Sebastian Paredes, fundadores de MUTUO