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Cristina Dreifuss: “a todos nos conviene que el arquitecto se convierta en un personaje público" (Parte 2)

El trabajo del arquitecto peruano frente a la sociedad.

Publicado: 2016-10-19
En esta segunda parte, Cristina nos da su opinión sobre la importancia de la arquitectura para la sociedad peruana, la visión elitista de la profesión en contraste con la visión cercana a los sectores emergentes, la pertinencia de la "identidad peruana", su experiencia en Intuy Lab, lo huachafo en la arquitectura y su vida como madre y profesional.

La sociedad peruana piensa que la arquitectura es un profesión casi accesoria, de ricos, que no es muy rentable y no se entiende muy bien para qué sirve. Por ejemplo, cuando he tenido la oportunidad de trabajar en el campo, me han dicho doctor o ingeniero; casi al final me dijeron arquitecto, después de estar varios días intentando explicar qué hace un arquitecto: pensar, comunicar y concretar el espacio donde vamos a vivir el día a día. Esto es clarísimo, el arquitecto nunca ha estado históricamente, como tú bien lo has dicho, cerca de la mayoría de la población. La sociedad peruana es muy individualista a diferencia de otras sociedades latinas, como por ejemplo la colombiana, donde he notado que las personas suelen ser más concientes de la responsabilidad de las profesiones para mejorar la sociedad y trabajar con la gente.
Claro, no hay diseño participativo, no hay encuestas, no hay prácticamente trabajo de campo, pero además la coyuntura peruana no ayuda. Recuerda el alcalde que tenemos ahora, que a dedo otorga proyectos con consultas que son irrisorias o fraudulentas y en general, mucho de lo construído en este mal llamado boom de la construcción ha salido así; al arquitecto se le contrata para diseñar la fachada que venda más. Mientras que en Colombia pasó una cosa interesante: el gobierno se apoyó en el arquitecto para promocionarse y entonces el arquitecto se vuelve un aliado de privados y públicos y a todos nos conviene que el arquitecto se convierta en un personaje público que pueda explicar el impacto de los proyectos sobre la sociedad. Esto normalmente en nuestro medio no se da, entonces el arquitecto esta sólo contra el mundo - sin mencionar lo que nos peleamos dentro del gremio - para explicar que en realidad podrían ser de ayuda sus servicios.
Me pongo a pensar en mi paso por la univeridad y en cómo los estudiantes de arquitectura peruanos hemos llevado individualmente los talleres y otros cursos, y lo comparo con la forma en que las facultades de arquitectura de Colombia promueven el trabajo en equipo durante todos los ciclos; es decir, no hay taller de arquitectura que los estudiantes lleven sin estar en grupos de trabajo y se enfrenten a los problemas que implica trabajar con distintas personas y busquen los concensos necesarios para resolver un proyecto que los satisfaga a todos o a la mayoría. Esto me parece importantísimo, porque el arquitecto en la realidad no trabaja solo sino con una variedad de personalidades y profesiones y esto es algo que las facultades de arquitectura peruanas aún no comprenden: siguen pensando en el arquitecto estrella, más que en el arquitecto como miembro de un equipo, el arquitecto jefe y que manda por sobre todas las profesiones implicadas en un proyecto y eso no es así.

Jamás y ahora menos que nunca. Cuando había un montón de plata antes de la crisis del 2008, podía haber sido en algunos países, pero ahora hay una cantidad de proyectos que se están quedando en el tablero porque nadie está dispuesto a pagarle a un arquitecto estrella, que además viene lleno de caprichos, a que se haga lo que él diga. Yo creo que la educación no está al día con esa preocupación. Hace no tantos años, la educación del arquitecto era una educación de elite, la educación universitaria era una educación de elite, había que tener plata, había que pertenecer a ciertos grupos culturales que manejaban ciertos códigos, entonces una vez que salías, entrabas a ese mismo grupo cultural que te pedía una casa o una tienda, entonces todos se entendían. 

foto: universidad nacional de colombia, sede medellín.

Pero la cantidad de escuelas que hay, lo accesible económicamente que se ha vuelto la educación, hace que tengamos un universo de alumnos amplísimo y muy plural que ya no pertence a estos grupo culturales, y eso es interesantísimo porque no tienen los mismos referentes que el profesor tiene. Posiblemente vengan de barrios periféricos, de viviendas autoconstruídas y que exigen una educación, o en todo caso una formación en donde ellos puedan “regresar” a este entorno y hacer algo útil; o sea no es gente que se va a creer el cuento de la casa de playa, gente que sabe que eso es un grupo chiquito y que mas bien preguntan por qué tienen que meterse tres horas en una combi para llegar a sus casas. Casas que fueron hechas por sus abuelos y que con el tiempo han logrado que tenga cuatro pisos.

Toda la profesión y la situación peruana es muy clara, todo el gremio se está enriqueciendo culturalmente con gente de procedencias muy diversas con códigos culturales, sociales y urbanos muy distintos y la manera tradicional de enseñar arquitectura, como si todos fueramos miembros del mismo grupo, no está dando respuestas suficientes a los problemas sociales y urbanos que tenemos.

No existe un sentido de la colectividad, no hemos despertado como sociedad en ese sentido.
No sentimos que somos una sociedad y creo que nisiquiera lo pensamos en esos términos. “Esa gente”. Se habla en función de “ellos” y “nosotros”, se transmite ese discurso y yo a eso por el momento no le veo una salida inmediata que no sea esperar a que estas generaciones maduren, crezcan y ocupen los puestos de docencia y eso va a ser interesantísimo. Justo los que han tenido la posibilidad de tener un choque cultural, que como tú acabas de decir, este enriquecimiento con otras realidades, esperando de que no hayan sido contaminados por lo malo de las realidades opuestas y “que no se pasen para el otro bando”.
Justo los que han tenido la posibilidad de tener un choque cultural, que como tú acabas de decir, este enriquecimiento con otras realidades, esperando de que no hayan sido contaminados por lo malo de las realidades opuestas y “que no se pasen para el otro bando”.
Y ahí viene lo que tu dices: “hay que despercudirlos y con harto Ña Pancha porque vienen bien cargados”. Es que vienen de otra parte. -risas-
Un baño de realidad.
Y de humildad.
Se necesitan para que las personas empiecen a trabajar, tanto en docencia como en el ejercicio proyectual, para mejorar la sociedad, porque para eso son todas las profesiones. Y sobre la producción arquitectónica peruana, me he podido dar cuenta que no hay una línea que pueda representar y expresar las identidades del Perú. Yo no sé si estás de acuerdo con eso, es decir, en la actualidad no podemos decir que haya una Arquitectura Peruana como tal. ¿Tu que piensas al respecto?
No la hay, pero creo que ocasionalmente el término “Arquitectura Peruana” me asusta. No estoy segura si sea una propuesta realista, pretender aspirar a una “Arquitectura Peruana Contemporánea”, siempre regresando al mismo discurso de ser un grupo humano tan diverso, con tantas variantes culturales tan distintas. Entonces si fueramos a hacer un estilo arquitectónico contemporáneo peruano, ¿qué cogeríamos como referente y qué terminaría siendo? Creo que más que hablar de un estilo que quizá se pueda reconocer formalmente, como la escuela de Sao Paulo, se podría aspirar a una arquitectura que responda a las demandas de ciertos grupos. Una Arquitectura Peruana contemporánea debería ser aquella que tenga satisfechos a los clientes que están yendo a ella, una arquitectura con preocupación urbana, sociocultural, tratando de entender y de leer antes de imponer y que en el día a día en el uso cotidiano y pasado el tiempo, demuestre que la gente ha podido acceder a ella y ha podido tomarla con comodidad y hacerla propia.
¿Me estas diciendo que el arquitecto peruano tiene que aprender a ser arquitecto?

-risas- Tiene que aprender a esuchar al otro peruano. Yo creo que hay arquitectura contemporánea muy buena. Hay proyectos aislados que a mí me gustan bastante y hay un grupo de arquitectos que está haciendo cosas interesantes con concreto expuesto, con espacialidad. Hubo un poco de plata y se hicieron proyectos interesantes. Algunos de estos proyectos tienen una presencia urbana interesante. Otros no. Y otros están dentro de otros espacios, entonces no tienen esta posibilidad o de la relación con más personas.¿Esa arquitectura se puede identificar como la Arquitectura Peruana contemporánea? No lo sé.

FOTO: WWW.ARCADIAMEDIATICA.COM

Hace unos años me encontré en una revista de Lan (de los aviones), que se llama “IN”, un artículo que hablaba de la arquitectura latinoamericana por países y los representantes de arquitectura peruana eran las casas de playa. Eso me parece terrible y nocivo. ¿Cuál es el porcentaje de peruanos que accede a una casa de playa diseñada por un arquitecto? Ínfimo. Eso no debería representarnos. Entonces, ¿qué es lo que debería representar? De repente la respuesta está en Medellín, que se puede hablar de una arquitectura que responde mejor a las necesidades de la mayoría. Quizá esa es la arquitectura peruana a la que podríamos aspirar, pero creo que tu pregunta no sólo es difícil sino es necesaria que se haga todo el tiempo. La otra pregunta es ¿qué ganamos con tener una arquitectura peruana? ¿qué ganamos con que el ceviche sea nuestro o el pisco tenga nuestra denominación de origen? ¿eso nos mejora? No lo sé, pregunta abierta.

Yo creo que sí porque crea una cultura. La arquitectura ayuda a reforzar nuestra identidad a traves de su expresión y sobre eso ejemplos claros hay en Colombia, Brasil, México, Argentina incluso en Chile. Recuerdo nombres como Testa, Barragán, Salmona, Samper, etc.
Me parece bien si hablamos de una consolidación de la arquitectura como un vehículo para una consolidación de la identidad, pero regresamos a la pregunta: ¿cómo?
¿Cómo? Nosotros tenemos bastantes recursos para eso, Cristina, tenemos historia, diversas culturas y diversas identidades y sus expresiones. Hay de dónde cogerse, hasta creo que hay demasiado como para ponernos de acuerdo. ¿Crees que es así?
Sí, creo que hay demasiadas cosas como para llegar a un consenso. La arquitectura es lenta, hacer un ceviche te toma un rato, hacer un chancho al palo te toma un poco más. Hacer un edificio y ponerte de acuerdo con toda la gente que está involucrada toma un montón de tiempo. En el momento en que terminas la situación ya no representa eso que quisiste representar en un momento, entonces hablar de una arquitectura alrededor de la cual se genera esta identidad es bien difícil. No digo que no se pueda, pero requiere paciencia.
¿Tu crees que hay algún arquitecto que represente una aproximación hacia eso que puede ser la arquitectura peruana?

No sería un arquitecto. Serían grupos de personas. Se me viene a la mente lo que BarrioMío estaba queriendo hacer, tienen este pequeño proyecto en Puente Piedra que es interesante, en este sentido social de la arquitectura peruana. Yo sé que hay muchos arquitectos que aspiran, de alguna manera, a traves del uso de ciertos materiales o del uso de ciertas formas a re-pensar la arquitectura precolombina y es interesente lo que está saliendo, son cosas que a mí personalmente me gustan, pero no veo ahí una representatividad de lo peruano contemporáneo.

parque en puente piedra. foto: archivo rep-bm, archdaily.

Sobretodo porque la mayoría de nosotros no conoce esa inspiración precolombina en la que se basa esta arquitectura que estás mencionando.
Claro, puede ser un edificio interesante o puede no serlo pero el rollo conceptual-teórico inicial no se conoce. Se me hace dificíl hablar de arquitectura peruana contemporánea.
Entiendo. Si me dieras un nombre, yo estaría parcialmente de acuerdo.
No vamos a llegar a un consenso ahí y creo que está bien que no haya. Estamos mal si pensamos que llegará el día que podamos decir: “este es el gran arquitecto peruano”.
Respecto a tu trabajo en Intuy Lab, ya que tuve la oportunidad de conocer de cerca el trabajo de Manchay con Ruwasunchis y la Iowa State University. ¿Cómo inició y cuál es la finalidad pedagógica de este laboratorio?

Qué bonito que hables de la finalidad pedagógica, porque ese es mi principal interés en realidad. Inició de una manera de lo más casual: estábamos en “Proyecto Oklahoma” con un grupo de alumnos en la UPC y ese año decidimos irnos los últimos cuatro días a Chicago, para pasear, conocer, etc. Un día, una de las chicas nos cuenta que la noche anterior había conocido a un grupo de chicos de Iowa, uno de los cuales iba a ir a Lima el siguiente mes y que si podíamos hacer algo con ellos, y estuvimos de acuerdo. Luego, me escribe la profesora y me dice que estaban interesados en arquitectura informal, que no conocía a nadie acá y dónde les podíamos recomendar que fueran. Me vino un poco de miedo porque pensé en el grupo de chicos gringos y el peligro que supone que vayan donde no conocen nada.

Entonces le escribo a esta profesora, que ahora es muy buena amiga mía y le propongo alquilar un bus para pasearlos y así empezó. En ese viaje vimos unas cuantas cosas y luego ellos me invitaron a su universidad a hablar sobre la informalidad, y el siguiente año nos pusimos más serios y decidimos hacer un workshop en Huaycán. Luego consiguieron un financiamiento y decidieron construir algo, que fue cuando hicimos la pequeña biblioteca en Comas y ese financiamiento se pudo repetir dos años más. Esto se ha ido construyendo de manera casual y lo hemos ido mejorando con el tiempo en cuanto a mecanismos y procesos.

Construcción de la microbiblioteca "jose carlos mariátegui" en comas. Foto: intuy lab.

Ahora, el interés pedagógico de esto tiene que ver por un lado con compartir con este grupo de estudiantes que vienen de un entorno muy distinto, de Iowa en la mitad de la zona más plana de EEUU, a un contexto urbano complejo como Lima y es todo un choque cultural. Por otro lado, nosotros que estamos acá y que estamos acostumbrados a ver el día a día, al ser cuestionados por los visitantes nos obligamos a pensar o a repensar las cosas, siendo entonces esa la idea del intercambio y construcción de proyectos. Tiene que ver directamente con la experiencia con las personas sobre qué hacer y cómo hacerlo, pero haciendo un poco de autocrítica. Aún no hemos logrado un verdadero proceso participativo o una relación cercana con los vecinos de la zona, esa es también otra experiencia pedagógica distinta e interesante.

Y eso puede ser el ideal de las intervenciones: llevar la arquitectura al grueso de la poblacion que no puede pagar por un arquitecto. Es muy interesante lo que está haciendo Intuy Lab, no solamente las actividades que realizan, sino los materiales de investigación que están produciendo.
Intuy Lab nace en realidad como un grupo de investigación. Cuando nosotros tuvimos el primer contacto con ellos (Iowa State University), estábamos realizando las primeras investigaciones en la Residencial San Felipe y el Huaycán. Entonces esa es otra de las grandes ramas del grupo que vamos a retomar y que tiene que ver con armar grupos de investigación, con buscar gente joven que esté a la mitad de la carrera que quiere investigar y que se interese por ciertos temas y que trate definitivamente de sacar material que pueda ser expuesto, por que eso es necesario.
Y que sea material que sirva para las facultades y que esté disponible como libros o revistas u otras publicaciones. Por otro lado, deseo hacerte una pregunta sobre la identidad de la arquitectura peruana: tú te has dedicado mucho a la investigación y también a la divagación sobre lo huachafo en la arquitectura, hablando de lo huachafo y comparádonos con Bolivia, porque los bolivianos se atrevieron a expresar su riqueza cultural y la han logrado traducir en arquitectura, sobre todo en El Alto con los “Cholets”. ¿Tu crees que en lo huachafo, los arquitectos peruanos tenemos un recurso que puede ser válido para hacer arquitectura?

Definitivamente. En primer lugar como proceso porque lo huachafo es un proceso muy interesante de hibridación de culturas, básicamente de cultura rural que llega a la ciudad y la cultura urbana establecida. Entonces puedes ver un resultado interesante - como la música chicha - en la hibradación de estos procesos culturales. Además, son procesos progresivos que se muestran en viviendas, que quizá no son estructural y formalmente lo ideal pero que responden de una manera más inmediata a las necesidades de los usuarios. Entonces allí hay un campo que, por lo menos, podemos y deberíamos estudiar. Luego la escencia de lo huachafo tiene que ver con tratar de entender que los hechos informales no se dan porque la gente quiere, sino porque son una respuesta a las situaciones inmediatas, afectivas, subjetivas, que la arquitectura quizá va olvidando últimamente.

foto: http://arquitecturahuachafa.blogspot.com

La traducción del inconsciente del usuario.
Claro, el usuario se expresa a traves de sus casas autoconstruídas y nos dice mucho de sí y su condición de habitante de la ciudad, más de lo que te puede decir una casa diseñada por un arquitecto. Entonces es una clave de lectura.
El trabajo de lo huachafo me parece muy remarcable que lo estés investigando porque nadie lo está haciendo y sobretodo publicando. Pueden existir tesis de investigación o artículos publicados
Hay cosas sobre “arquitectura chicha”. Pero sobre lo huachafo, con todo el significado de la palabra, no hay y es divertido hablar de ese tema que puede ser incómodo.
Porque la palabra “huachafo” dentro del mundillo de la arquitectura es transgresora.
Y huachafa.
Ya que hemos hablado sobre la academia me gustaría saber cómo es tu facultad ideal de arquitectura y en qué lugar la pondrías.

No sé si exista una facultad de arquitectura ideal. He tenido la suerte de pasar por varias, de estudiante y como profesora, y siempre hay cosas buenas y malas. Sí creo que hay gente que va a tener más afinidad con unas que con otras. Creo que una buena facultad permite el diálogo, no sólo entre estudiantes sino también con los profesores. Por ejemplo, en el bar de la AA (Architectural Association) de Londres, se encuentran unos y otros y ahí se producen conversaciones que pueden ser más interesantes o enriquecedoras que el contenido de las clases. Se necesitan espacios para el ocio, para el encuentro, para lo inesperado.

Por otro lado, tanto como la facultad en sí, creo que es interesante el dónde esté. Hay ciudades increíbles, complejas, llenas de oferta cultural, que hacen que lo que aprendes en la universidad sea sólo una fracción de tu experiencia. Personalmente prefiero las ciudades grandes, aunque a veces sean más duras.

Independientemente de dónde uno esté, creo que es indispensable viajar. Esto vale para todos, pero sobre todo para los arquitectos. Ahorrar toda la plata de los primeros trabajos e invertirla en salir de la ciudad, salir del país, salir del continente. Hay que buscar al extraño, al lugar no común, a la nueva experiencia, que es donde más aprende. Hace muchos años, en un folleto para Proyecto Italia que publicó la UPC, Miguel Cruchaga decía que en un viaje hay dos experiencias enriquecedoras: la del viaje en sí y la de regresar y ver las cosas que a uno le son familiares con los ojos de quien ha visto otras. Ambas cosas son muy importantes.

Los viajes suelen ser las mejores inversiones para aprender de otras realidades y cuestionar cómo funciona la propia. Por otro lado y para acabar, sé que tienes múltiples actividades a las que te dedicas y que influyen en tu vida familiar y personal, ¿cómo es tu vida de docente y madre a la vez?
Ser mamá, además de todos los temas afectivos que todos conocemos o imaginamos, es un reto logístico. Qué horarios escoger, qué cursos dictar, en qué momento estar en casa, cuándo lo llevo al médico. Puede ser un poco agotador, pero muy divertido. Creo que mi manera de enseñar ha cambiado un poquito desde que soy mamá. Creo que soy un poco menos dura. -risas- Tener hijos te da otra perspectiva de las cosas: Empiezas a ver el mundo desde los ojos de otra personita y sientes una especie de fascinación mezclada con responsabilidad. Dan ganas que esas cosas que haga o vea sean lo mejor posible. No sé si eso les pasa a todas las mamás, pero yo siento que me he vuelto más consciente de las cosas a mediano y largo plazo.

Escrito por

Mauricio Gilbonio

28 años. Ciudadano y arquitecto limeño. Feliz latinoamericano.


Publicado en

Maquetas Aparte

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