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Linda Velasquez: " La arquitectura es una carrera social de raíz”

Esta joven egresada de Arquitectura de la UPC se animó a combinar sus conocimientos del clown con los de su profesión para trabajar en un proyecto educativo. Veamos qué nos dice al respecto.

Publicado: 2015-09-21

Muchas personas interpretamos erróneamente el significado de madurar, o en todo caso lo que hacemos es aprender un concepto equivocado de esa palabra. Trabajar duro para ganar un sueldazo, dejar de imaginar cosas alucinantes, jugar como si fueras un niño... ¿Perdón? A ver, hagamos un poco de memoria: si supuestamente lo más importante en la vida es alcanzar la felicidad, ¿por qué debemos dejar de hacer las cosas que en nuestra niñez nos hacían felices? Si la excusa es "madurar" pues estamos ante un problema. Esta pequeña reflexión que les comparto y muchísimas otras y más amplias son las que el clown trabaja en las personas adultas haciéndoles saber que, sin importar los años que pasen, nuestro niño interior siempre será una pieza fundamental para recorrer con alegría los rumbos que nuestra vida nos depare. Si algún día sientes que has logrado eso, date por un auténtico maduro realizado. 

En el caso de Linda hay dos cosas que la hacen feliz: la arquitectura (carrera que estudió en la UPC) y el clown (al que llegó gracias a una ONG de trabajo social humanitario llamada "Payasos de Emergencia"). Cualquier persona pensaría que para "madurar" tendría que elegir entre una de las dos, pero no: se juntó con los payasos de su agrupación, cogieron y pintaron unas cajas de cervezas donadas, y con mucho ingenio y amor le dio inicio al proyecto "Clownstrucciones": un juego que busca que los niños experimenten los conceptos de espacialidad y construcción de forma autónoma, y que una vez consolidada la propuesta ésta pueda "restablecer la conciencia social sobre el derecho al juego y posicionar al niño como principal agente de transformación social". ¿Interesante verdad? Pues sin más preámbulos conozcamos a la artifice de esta idea: Linda Velasquez, mejor conocida como la Dra. Ganchito.

Imagenes virtuales del proyecto "Clownstrucciones" (Fuente: Linda velásquez)


¿Qué piensas de la arquitectura que actualmente se practica en el Perú?
Me sorprende el nivel de acción que está tomando la arquitectura hoy en día, y me enorgullece mucho que sea por parte de los estudiantes (bueno, yo aún me sigo considerando una), que buscan que esta ya no sea sólo académica, si no que llegue a ser tangible, saliendo de las aulas y aplicándose donde sea necesaria. Como en la periferia de la ciudad, que es donde normalmente no llega la labor del arquitecto.
En este caso has hablado de los estudiantes. ¿Y qué piensas en general de los arquitectos de nuestro medio en la actualidad?
Me parece que se están olvidando de que la arquitectura es una carrera social de raíz: se ha ido mucho por el lado lucrativo de la construcción, el facilista y el del “star architect”. Por otro lado, me ha tocado escuchar que se ve el hecho de hacer voluntariado o labor social como una cuestión de “caridad”. Pero no es así, es justamente llegar a los orígenes de la arquitectura, que es una carrera social.
En tu caso particular: de todos los tipos de voluntariado que pueden haber, ¿por qué escogiste el clown?
El clown es algo que llega a mí desde hace mucho tiempo y de forma muy casual por intermedio de mi mejor amiga en el 2008, y veo que tiene repercusiones personales muy fuertes. Es decir, a través del juego llegas a moldear muchos aspectos personales, a sanar, a crecer de forma interna muy fuerte. Ese año tuve una experiencia súper chica, y luego en el 2014 a través de un voluntariado que no tiene nada que ver con el clown, “Ruwasunchis” una ONG a la que subo los domingos con un grupo de amigos arquitectos, me contactan con Sara Castro, directora de “Payasos de Emergencia”. Con ella empiezo la formación, llevo un par de talleres, hacemos algunas intervenciones y voy descubriendo las diferentes ramas del clown humanitario a partir de la experiencia. Así sin pensarlo o sin darme cuenta me quedo "all in".
¿Por qué como clown escogiste el nombre de “Dra. Ganchito”?

Eso sí tiene una historia. Dentro de uno de los proyectos en los que estaba trabajando hicimos una visita, y la chamba era observar cómo jugaban los niños para luego poder proyectar. Entre juego y juego le empiezan a poner ganchitos a un niño, y de la nada uno de los niños termina con la cabeza llena de ganchitos, era como si tuviera una peluca! Fue en mucho tiempo la cosa más tierna y divertida que había visto. Luego, cuando en el taller (de clown) me preguntan ¿cuál va a ser tu nombre?, pensé: “¿Cómo me quiero ver? ¿Cómo quiero ser?”, al toque se me vino a la cabeza este niño llenecito de ganchitos que era un mate de risa, y me dije: “quiero llenarme la cabeza de ganchitos” (risas). Fue así como nació Dra. Ganchito.

la "Dra. Ganchito" Y ALGUNOS MIEMBROS DE PAYASOS DE EMERGENCIA (FUENTE: PAYASOS DE EMERGENCIA)

¿Y cómo es que te animaste a plantear un proyecto con Payasos de Emergencia relacionado a la arquitectura?
Este proyecto es parte del proceso para graduarme como clown humanitario, en el cual se busca vincular tu punto máximo de interés con el clown, que en mi caso resultó ser la arquitectura. Es así como a partir de una donación de cajas de cerveza (vacías) se empieza a gestar el proyecto. Además que si tienes dos cosas que te gustan tanto no puedes hacerlas por separado: tienes que encontrar la forma de juntarlas y hacer algo con eso, sino me partiría en mil pedacitos.
¿Qué es lo que más rescatas de este proyecto que has planteado?
Lo que más rescato de este proyecto, “Clownstrucciones”, es que tiene como misión restablecer la conciencia social sobre el derecho al juego y posicionar al niño como principal agente de transformación social. ¿Cómo? Mediante construcciones en espacios públicos hechas en lo posible al 100% por los niños. Y demostrar con ello que el niño es un ser autónomo y capaz de lograr grandes cosas si es bien acompañado. Pero con este piloto se plantea ir más allá de que el niño construya un juego, se busca direccionar sus habilidades para elaborar un proyecto que permita al niño ejercitar esos mismos conceptos de diseño y construcción pero de manera constante y autónoma. Siendo el clown, su gran acompañante, el facilitador para lograr de forma lúdica lo que se plantea. El clown termina siendo el acompañante y el nexo entre el imaginario del niño y lo que finalmente se termina construyendo.
¿Qué aspectos en común encuentras entre el clown y la arquitectura?

La arquitectura es una carrera que usualmente la ven como algo súper serio. Para mi el rol del arquitecto es saber interpretar los sueños de la comunidad, de la familia o del cliente, mientras que el rol del clown es redescubrir los sueños que perdiste en el camino de “madurar”. En ambos se busca hacer estos sueños tangibles, pero cada uno mediante sus propias herramientas.

aplicación en campo de "clownstrucciones" (Fuente: payasos de emergencia)

¿Y sientes que el clown ha influido en tu carrera, o viceversa?
Ambos: el clown es algo que ha repercutido en toda mi vida y en mi día a día. Si un día tengo un problema se me viene a la mente un ejercicio de clown en el que tienes que afrontar, por ejemplo, el fracaso, lo llevo a mi presente y lo transformó en una gran oportunidad. El clown maneja de forma positiva las relaciones humanas, el trabajo en equipo, los valores y sobre todo tiene un claro mensaje de amor por las cosas que hace… y son estas cosas que hacen que la carrera de arquitectura sea realmente un disfrute; mi carrera y clown se retroalimentan.
Todos estos temas que me comentas, ¿se tomaban en cuenta mientras estudiabas en tu Facultad (de Arquitectura)?
No, para nada. Yo descubro todas estas cosas y los distintos enfoques que puede tener la arquitectura fuera de la universidad y casi por mera casualidad; no es que la universidad te mapee todos estos lugares a los que podrías llegar con arquitectura. De hecho sí hay voluntariado dentro de la universidad pero no relacionado directamente con la carrera: lo ven como una labor social equis pero no es que te digan “vamos a hacer una construcción con procesos participativos y teóricos en tal comunidad”. La parte social no es algo que haya visto dentro de la carrera, y de hecho me hubiera gustado… es que la carrera es tan asfixiante que te olvidas del mundo y solo existe taller y las entregas finales para ti.
¿Qué tan importante consideras a los niños para el futuro de la arquitectura en nuestro país?
Creo que son nuestra única salvación (risas). El niño tiene cualidades innatas muy fuertes que justamente se van perdiendo conforme el niño va creciendo, ya que la sociedad lo va transformando. Si hay algo en base a lo que tendríamos que construir los arquitectos y los urbanistas es ante la visión de los niños, que es la visión más humana que tenemos ahora: es bajo su visión y para ellos, pues son las semillitas del futuro. Hay que empezar a creer en lo que ellos ven, en lo que ellos sueñan y usar sus visiones como herramientas para poder transformar el mundo en algo mejor.
La última: A cualquier arquitecto o estudiante que esté leyendo esta entrevista, ¿qué mensaje le quisieras dar?
Que no se olviden de jugar. Que nada está estructurado en sí, que en los procesos se aprende mucho de la espontaneidad, del juego y de la diversión. Que no dejen esto de lado por enfocarse sólo en el objetivo, hay que disfrutar y aprender del camino. Ser serio no significa dejar de jugar.

Dra. ganchito (Fuente: payasos de Emergencia)


Escrito por

Juan Carlos Gonzales

Arquitecto con aires de periodista y sueños de músico. @JuankGonzales


Publicado en

Maquetas Aparte

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