UDEAL: Nosotros somos el “ya basta”
Luego de liderar protestas por una mejor ciudad, la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima expone en esta entrevista sus ideas, críticas y objetivos sobre la arquitectura, generaciones mayores y la actualidad.
Más que una entrevista, esta es una conversación entre un arquitecto joven y los representantes de la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima (UDEAL). Después de las exitosas y diversas formas de protesta organizados por la UDEAL, motivados por decisiones infelices en nuestra ciudad por parte de la alcaldía, resultaba necesario dialogar con ellos para conocer sus ideas, críticas y objetivos.
Esta es una primera parte, de una extensa conversación, enfocada a la arquitectura y la sociedad. La segunda parte, enfocada desde la filosofía y política, será publicada posteriormente pues es una colaboración del colectivo Poder Ciudadano.
1. EL NACIMIENTO
Gustavo Diaz Paz (GDP): Quisiera empezar por destacar la importancia de lo que han venido realizando, las acciones que han llevado a cabo son interesantes y potentes. En palabras del filosofo Slavoj Zizek, ustedes han realizado un “acto”. Él describe cómo existen fantasías ideológicas que nos hacen creer que un determinado sistema en la sociedad es totalmente armonioso. De esta manera, existen situaciones específicas antagónicas con esta fantasía ideológica, que es lo que denomina “síntomas”, situaciones donde se muestran con exacerbación los conflictos que se quiere ocultar. Justamente, los “síntomas” son espacios para el pensamiento critico sobre el sistema, son espacios para la realización del “acto”. El “acto” es una aventura, una apuesta intuitiva motivada por tratar de transformar un paradigma establecido.
Cuando yo veía sus primeros actos por las redes sociales como el acto de pararse y exigir un pronunciamiento ante esta coyuntura nefasta en la misma sede del Colegio de Arquitectos (CAP), o el acto de hacer conversatorios y difusión en la calles como en el Jirón de la Unión, o el mismo acto de formar una unión de estudiantes, me emocionaron mucho. Esa emoción fue tal quizás porque a pesar que fueron sus primeros actos y quizás intuitivos, atacaron problemas que subyacían inmutables entre los arquitectos. Ya nos habíamos acostumbrado a la armonía de la inactividad del CAP, a la “desligación” de la profesión con la sociedad y a vivir como profesionales aislados. Sin embargo, ustedes tomaron ese espacio de los “síntomas” para ejercer y actuar con pensamiento critico.
Uso las ideas de otro filosofo que va en la misma línea, Jacques Rancière, quien define este tipo de actos como políticos y estéticos. Son políticos, pues reconfiguran la forma de entender cómo se maneja una situación dada, le da parte a la parte sin parte. Es decir, le da parte a lo que se nos volvió invisible, le da protagonismo. Y esto es un acto estético, como el arte, pues reintroduce elementos para ver algo que no veíamos y nos genera una emoción. Quizás por eso, cada vez que veía cada uno de sus actos sentía una suerte de emoción, diferente a lo que me pasaba con cualquier manifestación política con la que yo concuerde, seguramente aconteció lo mismo con otros. Lo fundamental, creo, fue que atacaron las partes sensibles del problema.
Volviendo al tema del origen, los estudiantes de arquitectura al menos en estas ultimas décadas nos hemos caracterizado por una vida universitaria aislada e introvertida, dentro de los talleres de la facultad. Ustedes también se han dado cuenta del contraste con otras facultades, por ejemplo, en la participación de “inter-facultades” u otras actividades extracurriculares. A pesar de ese panorama, surgió la UDEAL.
UDEAL: En todas las facultades esa idea ha sido generalizada. Se cree que no estábamos ejerciendo una vida universitaria activa y que tampoco estábamos ejerciendo opinión sobre lo que creemos que funciona o no funciona en la ciudad.
En el Centro de Estudiantes de Arquitectura (CEA) de la UNI, desde fines del año pasado, se había empezado a plantear cuestiones sobre lo que estaba sucediendo en Lima y sobre las políticas urbanas. En ese mismo tiempo, el CEA-UNI encontró en otros centros de estudiantes cuestionamientos similares: ¿Qué es lo que estamos haciendo como universitarios, en nuestro rol de estudiantes y en nuestro rol de ciudadanos? Pretendíamos entablar contacto con los centros estudiantiles de las facultades de Arquitectura pero las únicas facultades que, de las catorce que hay en Lima, tienen centros estudiantiles son solo tres: La PUCP, la UNI y la UNIFE. La UNIFE por políticas internas de su universidad no podía entablar una conversación articulada. Luego, contactamos con una comisión de alumnos de la Villareal. Finalmente, empezamos a pensar sobre lo que podríamos dar nosotros como estudiantes de Arquitectura respecto a nuestro entorno inmediato que era la universidad y al entorno mediato que era la ciudad, debido a que ambas están relacionadas porque tenemos tanto un rol ciudadano, como universitario.
Paralelamente, empezó una coyuntura en que se iban tomando decisiones arbitrarias en nuestra ciudad, razones por las que habíamos empezado estas conversaciones. En especifico, la protesta del bypass nos sirvió de plataforma para ver que si bien no había centros de estudiantes organizados en otras facultades, sí habían estudiantes de Arquitectura interesados en participar con un rol ciudadano y universitario activo.
En las actividades de protesta contra el By Pass que ocurrían en la Plaza Bélgica, había ciudadanos en general participando y que no pertenecían a los colectivos que también participaban. Entre estos ciudadanos en general estaban, dispersos, estudiantes de arquitectura, principalmente de la UPC, UCV Y URP . Este grupo se dio cuenta de que por nuestros conocimientos de la profesión, podíamos explicar el tema de la protesta a la gente. Así, ellos empezaron a hacer los conversatorios para el público en general que pasaba por la plaza Bélgica.
El primer grupo conformado por los estudiantes de la UNI, PUCP y Villareal se contacto con este otro grupo al ver las actividades realizadas. Recién allí empezamos a coordinar la Unión de Estudiantes de Arquitectura (UDEAL), como tal.
GDP: Esta historia es interesante, porque fue como un chispazo entre ideas de personas que tenían las mismas intenciones pero que no estaban contactadas. Mientas unos venían con una idea articulada, había otros desperdigados con ideas afines, finalmente se produjo la chispa que les dio impulso para crear esta agrupación.
UDEAL: Antes de eso, el grupo inicial tenia la idea de hacer una agrupación que examine el rol universitario y el rol ciudadano. El aporte del otro grupo fue importante: La herramienta de hablar a la gente, empoderar a la población de manera pedagógica, entendiendo que ellos van a ser los únicos que van a poder ejercer presión en las autoridades.
Cuando nos reconocimos como facultades con un fin en común, posturas similares, fue donde recién nos consolidamos como UDEAL. Ahora somos 11 facultades que tenemos ideas afines. En conclusión, esto nació de un interés primero académico y después ciudadano, finalmente se consolidó con todas las decisiones que se han tomado y que han servido para que se catapulte como una decisión mayoritaria.
2. MATAR AL PADRE (O AL PROFESOR)
GDP: Al criticar al CAP para que se pronuncie sobre la coyuntura hay una ideología detrás; como lo mencionaron, es la idea de no separar lo académico de lo ciudadano. Desde términos éticos, pienso que esto es inseparable, pues nuestra ética como profesionales nos lleva a brindar servicios a la sociedad. Estos servicios deben ser buenos necesariamente porque en caso contrario no serían un servicio, pues servicio significa hacerle un acto positivo a alguien. Es decir, hacer un mal servicio es hacerle el mal a alguien, lo cual hasta es inmoral. Imagínense un doctor que le brinda un mal servicio a un paciente, puede perjudicar su salud. ¿Como perjudica el arquitecto con un mal servicio?
En ese sentido, como arquitectos debemos garantizar que la ciudad y el hábitat construido sea bueno para la sociedad. Un ejemplo análogo es el gremio de médicos cuando reclama por el mal estado de sus hospitales, pues eso afectará a la sociedad. Sin embargo, como arquitectos se ha tenido una total inactividad en lo que compete a la ciudad. Bajo pretexto de mantener un aire “imparcial” o “apolítico”, se ha dejado que las decisiones sobre el manejo de la ciudad sean botín para políticos corruptos o populistas, como es el caso de nuestro actual alcalde.
La ausencia de manifestación es una falta ética como gremio de arquitectos, tanto del CAP como de las facultades de Arquitectura. Dentro de este penoso panorama, es elogiable la temprana y vigorosa manifestación de la UNI.
Además, es sintomático e interesante el desencuentro generacional en torno a esto, y que no es solo arquitectónico. Un primer ejemplo es el caso de Jimena Ledgard, una tuitera famosa en las redes sociales y que es hija del decano de la FAU-PUCP, el arq. Reynaldo Ledgard. Ella por estos medios menciona, por motivos de aclaración a unas denuncias sin base, las discrepancias con su padre pues piensa que esta facultad debería manifestarse sobre los conflictos que generó el municipio. En esa declaración, se describe también el argumento dado por dicho decano sobre mantener un aire “apolítico” y “técnico” de aquella casa de estudios. Lamentablemente, hasta la fecha, esta facultad (donde me formé), no ha hecho ningún acto al respecto.
El otro caso emblemático es la ultima editorial del portal web del Panfleto (24/05/2015). Este portal, que pertenece a jóvenes científicos sociales, reclamó por la falta de acción de sus profesores en temas coyunturales como los del conflicto de Tía María, pues por las herramientas de sus disciplinas podrían haber ayudado a un mejor debate y solución del problema. Rechazaron la actitud de no salir del claustro universitario.
Estas discrepancias recurrentes a una actitud de una generación mayor, dibujan lo que el filósofo francés, Jean Baudrillard, sostiene sobre las ultimas décadas. Él identifica como consecuencia del capitalismo y la sociedad de consumo, un síntoma de la sociedad: “el fin de lo social”. Lo que queda ahora son individuos atomizados sin ningún proyecto social o utópico como lo había en otros tiempos. Son atomizados porque ahora su utopía es un ideal privado pequeño: la casa, el perro, el auto, etc. La descripción es contradictoria para esta generación, pues en el caso de los dos ejemplos, en su momento han participado del activismo social. En palabras de dicho filosofo, con nuestra generación no parece cumplirse “la desilusión de la utopía”, como sí paso con generaciones mayores.
UDEAL: Ha habido un cambio que todos hemos visto en estos últimos años y que tiene que ver con la historia política del país. Antes había una actividad académica importante en las universidades; más que académica, era una actividad política intensa, toda la agenda política venía principalmente de la academia. En esa época las generaciones que eran vigentes en la arquitectura peruana, son las generaciones que en esta coyuntura nos hemos encontrado en términos de ideales, son las primera generaciones cercanas al movimiento moderno. Por ejemplo la generación de Adolfo Cordova, él específicamente, pues muchos de esa generación ya están muertos. Él, por ejemplo, tiene muchas ideas en común con nosotros. Escuchamos, de estos arquitectos mayores, “¡Es su tiempo , muchachos , es su época!”. Ellos ya lucharon sus batallas en sus tiempos.
Las generaciones intermedias entre esa generación y la nuestra, los que ahora principalmente van alrededor de los 50 años, que fueron formados entre los fines de los ‘70 y en los ‘80, son los que manejan la mayor cantidad de cámaras dentro del medio de la Arquitectura. Son, por ejemplo, para decirlo claro: la Asociación Peruana de Estudios de Arquitectura. Supuestamente ellos hicieron esto de la asociación con el fin de poner en relieve público la arquitectura y el urbanismo. Sin embargo, en este escenario han demostrado una inoperancia total. No se han comprometido y han preferido quedarse al margen, al menos como institución. Ellos son muestra de esta generación, que es la generación perdida, la generación que se resignó a no decir nada. Son los que no tienen una postura critica, que siempre tiene una posición acomodaticia y camaleónica, de decir “hay que ver dónde nos metemos”.
Hay algunos dentro de esta generación que individualmente sí se han manifestado, pero de todas formas no es una repuesta vigorosa como generación (que es lo que al menos ha pasado en nuestro caso).
Creemos que eso tiene que ver mucho con la historia política del país. Nosotros somos una generación que creció aun bajo la dictadura de Fujimori, pero que se ha formado en la etapa de vuelta a la democracia y que esta mucho mas conectada con el resto del mundo, al espíritu crítico. Además, conectada por la capacidad de información que tenemos ahora, gracias a los distintos medios de comunicación. Eso es algo que nos ha empoderado más que si esto hubiera pasado hace 50 años. Ese mismo escenario, hubiera sido mas difícil, en especial por la capacidad organizativa pues ahora todo es mas rápido.
En contraste, esta generación intermedia estuvo reprimida, sea por la dictadura de Fujimori o por las consecuencias del terrorismo. Como estuvo reprimida se acomodó a su mejor forma de ser arquitectos y debido a esa posición perdió todo voto en el campo ciudadano. El silencio es la respuesta que ellos han tenido, ahora no se pronuncian ante nada, ni ante los hechos relevantes de la ciudad.
GDP: En ese sentido, imagino que también ven a la ciudad y su situación actual de una manera diferente.
UDEAL: Somos una generación nueva que pretende el bien de la sociedad y de la ciudad, la mayoría de nosotros busca el bien común. No buscamos que exista una casita bonita aquí o allá, buscamos que la sociedad mejore y que se integre. Creemos todos nosotros que como estudiantes de Arquitectura se siente claro eso, y es por eso que la UDEAL ahora tiene sentido y tiene fuerza.
Además nuestra ciudad, la Lima de hoy, es muy diferente a la de décadas anteriores. Lo que nos impulsa a unirnos es justamente un escenario que ha llegado a un punto extremo, hemos visto en estos años cómo no están funcionando las cosas en la ciudad. Esa generación intermedia no vio la verdadera magnitud de las consecuencias que iban a tener las decisiones sobre el transporte público, espacio público, crecimiento urbano, etc. De repente, no se han percatado de cuán crítica es la situación de Lima. En cambio, la formación que hemos tenido nosotros sumado al entorno político y el entorno publico mas lo que vemos diariamente, lo que vemos desde nuestras casas hasta la universidad, es lo que nos ha impulsado a reaccionar en este panorama crítico.
GDP: Con lo que ustedes decían sobre el perfil de arquitectos que solo piensan en el diseño, como opinión personal, y me imagino que muchos la comparten, puedo sostener que ustedes han hecho uno de los mejores trabajos académicos. Pues, por ejemplo: ¿cuánto sirve que unos estudiantes ganen un concurso internacional de un edificio imaginario? Comparemos eso con lo que han hecho ustedes: proteger la ciudad, preservar el centro histórico, defender el espacio público, etc. ¡Esto es más valorable! Seguramente para la mirada de unos arquitectos egoístas que se han formado para ver solo el edifico dentro del lote no lo es. Creo que es mi mil veces preferible alumnos que hagan lo que ustedes han hecho a estudiantes dedicados al diseño y desligados de su contexto.
Hay un poema de Bertolt Brecht, “De qué sirve la bondad”, que expresa bien esto. Cuestiona para qué sirve la bondad o los ideales si se quedan en nuestras mentes y no actúan en el entorno conflictivo donde se les necesita.
UDEAL: Una de las cosas claves del cambio generacional, es que producto de este desplazamiento del foco político, del claustro universitario a la sociedad en general, creo que ahora es mucho más necesario y urgente salir de este vocabulario difícil que esta en lo académico. Esto es incluso mas grave entre los arquitectos porque no hay un verdadero leguaje técnico claro para hablar de las cosas y superar esto, que incluso es difícil entre nosotros, para poder transmitírselo a la sociedad. Esto es fundamental y una de las principales cosas que como generación estamos tratando de hacer.
Sobre lo que tú mencionabas de la bondad, sobre el poema de Brecht, podemos relacionarlo a que tal vez no existiría bondad sin maldad o no la reconoceríamos. Y sin la maldad, tal vez nosotros no hubiéramos actuado de la manera que actuamos. No hubiéramos tenido una reacción tan fuerte ante el silencio existente de las demás generaciones. La existencia de esta “maldad” tal vez pudo habernos ayudado. Es una tendencia en la historia, ante una corriente nace la otra que dice “Ya basta de esto”.
3. LA COMUNICACIÓN: UN TEMA REVIVIDO
GDP: Las protestas y concientización de la Ley Pulpín han sido un caso importante. El politólogo Steven Levitsky señala en un artículo que lo más importante de esta manifestación fue que se “descaviarizo” la protesta. Es decir, fue, después de mucho tiempo una protesta que incorporaba en gran número a los sectores populares y ya no sólo a los recurrentes manifestantes de un determinado sector social, los llamados “caviares”.
En el caso de la UDEAL, si bien en la última marcha hubo una convocatoria relativamente grande, yo siento que es aun una causa “caviar” debido a que no podemos negar que todos los estudiantes universitarios más o menos pertenecen a una condición social parecida. Precisamente, esa situación genera un antagonismo con Castañeda, pues su base social se encuentra en las clases populares. Después de la marcha, él lanzó un spot en esa línea. Allí se apelaba al imaginario de que en las protestas estaba gente politizada o “caviar” que quería fastidiar al alcalde. En términos de marketing político, se apelaba además a lo coloquial para reforzar sus bases sociales, incluso el lema “Dejen trabajar a Lucho” es muy expresivo de esa idea.
Por lo que han contado, veo que se esta trabajando en ese sentido. ¿Cuáles son sus estrategias comunicativas?
UDEAL: Lo que mencionas es bastante importante, es justamente el trabajo que nos toca hacer. Si la protesta de Ley Pulpin y su convocatoria fue tan grande, fue porque se reconocía que tal ley atentaba contra un bien, un derecho individual. Lo que nosotros tenemos que trabajar es hacer entender que la ciudad es un bien común, y que atentar contra ella es atentar con nuestro bien personal y colectivo. Tenemos que hacer entender también que somos parte del problema y, de la misma manera, somos parte de la solución. Eso va desde elegir alcaldes que no tengan discursos populistas, y que les exijan que cuenten con un discurso que realmente ataque los problemas fundamentales de nuestra ciudad.
En cuanto estas acciones, nosotros ya hemos iniciado acciones con el público. La idea con los conversatorios era llegar a las personas comunes, que simplemente pasaban por la calle y que han escuchado el problema pero no han entendido su trascendencia en la ciudad. Explicarles a ellos, generarles un cuestionamiento, es ya hacer una acción de empoderamiento. Es como si yo escuchara algo y si tengo un juicio critico sobre eso, lo voy a discutir con otras personas y esas personas lo van a discutir con otra persona. Así, comenzamos a generar una cadena de personas que se cuestionan si lo que se esta haciendo es realmente bueno.
Hicimos estos conversatorios en un inicio en la plaza Bélgica, luego repetimos en otros espacios públicos, como en el Jirón de la Unión. Explicamos, por ejemplo, cómo un proyecto improvisado se concreta y perjudica a la ciudad. También explicamos cómo una ciudad que no tiene una planificación nos perjudica a todos como vecinos, pues se cierran calles o negocios, por ejemplo, sin un planeamiento.
4. LA ARQUITECTURA PERUANA HOY
GDP: ¿Cual es su postura sobre la arquitectura peruana actual?
UDEAL: La situación actual de la arquitectura peruana viene siendo a lo largo de la historia cada vez más exclusiva, lo que termina siendo excluyente. La critica generacional en la arquitectura va en este sentido, pues se sigue hablando en una lógica de elite, de seguir rebuscando el discurso y de seguir haciéndolo complejo y centrípeto. Cada vez es mas exclusivo, no solo para los ciudadanos, sino para los arquitectos mismos. Si uno no es suficientemente capaz de entender la arquitectura, no estas hecho para esa clase de arquitectura.
Esa lógica de la élite es una lógica moderna. Una lógica dentro de una estructura cultural que requiere que haya una élite que intelectualmente esté preparada para ese rol. Sin embargo, en nuestro panorama existe una precariedad en ese sentido, esas generaciones intermedias vienen a ser élite cuando intelectualmente no están preparadas. Solo viven en un mundo de imágenes y de discursos falsos, en un mundo sin contenido sustancial.
La arquitectura moderna empezó a plantear ciertas teorías, un ejemplo emblema de eso es la Villa Savoye de Le Corbusier. Posteriormente, los posmodernos sostenían que esa arquitectura no se entendía y que no se puede saber si es una casa, un museo o lo que fuese. Como la arquitectura se estaba autoexcluyendo, proponían que volvamos a patrones que la gente reconoce, este es el caso de Venturi y demás. Se pretendía retomar iconos para volver la arquitectura hacia la gente.
Actualmente, la arquitectura contemporánea mas visible en el Perú pretende reusar la arquitectura moderna, nosotros con nuestras ideas venimos a ser el “ya basta”. La arquitectura tiene que volver a las personas, tenemos que volver a familiarizar la arquitectura hacia las personas.
GDP: En relación a lo que decían de la arquitectura peruana contemporánea, yo pienso que somos los grandes híper conservadores del mundo, muchos de los de esta generación siguen tratando de repasar modelos iniciales de la arquitectura moderna. Por ejemplo, un estudio peruano de arquitectos jóvenes como NOMENA, parece que viviera el mundo que gestó la arquitectura de los años ‘30 o ‘40. Son jóvenes pero son incluso más conservadores que los mayores. Cualquiera podría pensar que NOMENA esta compitiendo contra Ciriani para ver quien es el más “moderno”. Es justamente paradójico pues son arquitectos jóvenes y además los venden como jóvenes “emergentes” (casualmente son miembros de Asociación Peruana de Estudios de Arquitectura). Es contradictorio para ser jóvenes, pues con esa visión de la arquitectura y la sociedad están en las antípodas de lo que están haciendo los jóvenes arquitectos a nivel mundial. Para mí, este caso es una muestra que describe cómo esta la arquitectura peruana y su debate hoy.
UDEAL: Pensamos que eso es fruto de una precariedad estructural en la educación en las facultades. Muchos se emocionan con el modernismo, pero no lo entienden, leen “Hacia una arquitectura” de Le Corbusier, pero no se preocupan por ver el trasfondo filosófico que hubo detrás. No entienden el sentido y ven la posmodernidad, como hacer casitas con techos a dos aguas para que la gente la entienda. No hay un esfuerzo real de comprender la posmodernidad estructuralmente. En ese sentido, siempre se quedan solamente en la etiqueta estética de hacer el cubito o crear clichés.
GDP: Como el cliché actual: el desierto...
UDEAL: Claro, como ese tipo de clichés persisten y persisten, son parte de la ignorancia general. Hasta que aparecen argumentos para cuestionarlos como el articulo de Juan Manuel del Castillo en la revista “La Chimenea”, donde desmiente este cliché de que Lima es un desierto.
GDP: Me vienen a la mente, con lo que ustedes hablan, a partir del auto engaño de los clichés y este caso peruano de arquitectos jóvenes que resulta retrógrado, que se pueden leer similitudes con la historia de la arquitectura peruana. Por ejemplo, mientras se gestaban las vanguardias modernas en Europa, en Perú se estaba formulando la Arquitectura Neocolonial, este contraste resulta muy expresivo. El neocolonialismo fue la representación cultural de una élite dirigida por el presidente Leguía dentro de un proyecto político particular de país. En “Lima, la horrible”, de Salazar Bondy, se denuncia esta falsa y anacrónica representación cultural de lo criollo y neocolonial.
Luego llegó con fuerza lo moderno pero no se encausó estructuralmente. El trasfondo filosófico, la idea de hombre nuevo o el problema de la vivienda fueron temas de la modernidad que se quedaron estancados en el Perú. Si bien hubo un fuerte inicio con el tema de la vivienda social, devino solo en políticas de entrega de lotes a las clases populares.
Después de esto, los arquitectos no tenían argumentos fuertes. A pesar de las constantes oleadas de migrantes, el tema de la ciudad informal dejo de ser abordado por la mayoría de la arquitectos. Como se menciona en “Lima, la horrible”, se crea un falso pasado e identidad, “La Arcadia Colonial”, mientras que a la vez se invisibilizaba una parte creciente de la sociedad peruana: lo cholo, la nueva cultura del migrante. Pero este espejismo se va debilitando y se cambia de rumbo hacia otro autoengaño como el desierto, como paisaje abstracto, justo cuando la ciudad informal ya se había consolidado y ya era parte mayoritaria de la ciudad, cuando ya florecía la cultura chicha como Chacalon o los Shapis.
Es una pena porque no se usó el contexto de la sociedad, ni hubo una élite capaz, como si lo hubo en Brasil, no solo en relación con su arquitectura, sino además con otras expresiones culturales, como la música, por ejemplo. Por el contrario, la nuestra es una historia de exclusión y autoengaños.
UDEAL: La arquitectura peruana siempre ha negado a la ciudad popular, incluso los intentos del propio arquitecto Belaunde, cuando fue presidente, estaban enfocados a una clase media y no realmente al sector popular que necesitaba de vivienda. Desde el academicismo y la política se ha negado la ciudad popular, y se ha permitido que lleguemos a un punto en el que el 70 % de las construcciones sean informales. Hoy esa es la realidad a la que nos enfrentamos, la realidad que se ha estado negando.
Otra cosa que también compete a la UDEAL es cuestionar la formación académica que hemos tenido en la universidad. A pesar de esta realidad, se siguen formando arquitectos en muchas facultades para que apunten a ser “Stararchitects”, mas no apuntan a abordar una arquitectura social que realmente llegue a todas las personas en la sociedad. Muchas veces es una formación que te empuja a llevar un proyecto tal vez sin reflexionar sobre el entorno urbano, simplemente llegar como un cubo en el desierto y plantarnos ahí.
GDP: Desde mi experiencia, en la FAU-PUCP, donde estudie, y lo que conozco de la FAUA-UNI hay cursos y talleres que abordan la ciudad popular. Quizás el problema es que no salta, y se queda en la facultad. El problema principal es que la academia va por un lado mientras que existe una tecnocracia, la que finalmente hace ciudad, que esta por otro camino.
Existe una estadística que indica que un 30% de los municipios en el Perú solo cuentan con Plan de Desarrollo Urbano. Es decir, la gran mayoría no tiene una planificación, entonces la situación en el país es precaria. Mientras en otros países se debaten sobre los tipos de planes urbanos, en Perú la discusión es estar seguro si hay o no hay planeamiento.
UDEAL: Eso tiene que ver con la relación entre la Universidad y el Estado. Si la universidad fuese el ente consultor del Estado, cada vez que haya un problema acudiría a la universidad a encontrar respuestas y soluciones. Hay una necesidad de este nexo, porque hay una materia prima que son los estudiantes y sus conocimientos que pueden aportar a enfrentar los problemas reales de la ciudad, y guiados por nuestros profesores, podemos llegar con ideas nuevas.
Si hubiera un nexo de ese tipo tendríamos mejores resultados. Precisamente, es lo que falta, no bastan talleres o cursos aislados que al final nunca pueden concretarse. Creemos que todas las universidades queremos mejorar la ciudad con un proyecto o una idea, pero necesitamos la plataforma que haga posible estas iniciativas.
5. EL FUTURO
GDP: ¿Qué más viene?, ¿Cuáles son los siguientes pasos como UDEAL?.
UDEAL: El objetivo principal es que el ciudadano tenga en cuenta los problemas que conciernen a la arquitectura y el urbanismo, no solo brindarles los temas de discusión, sino brindarles herramientas para un mejor juicio. Por eso, queremos continuar con la labor comunicativa con la gente. Creemos que ahí esta la verdadera batalla que hay que luchar y eso mismo los va a empoderar. Así, podrán reflexionar mejor del medio en que viven, cuando hacen autoconstrucción o cuando conversen con un arquitecto.
Algo parecido es lo que va pasando con los compradores de departamentos. Los actuales compradores son mejores compradores que los de hace 10 años, porque ya hay cultura en torno a ese tema. Esto tenemos que hacerlo más intenso. Pretendemos que se cuestionen las propuestas de solución de cada alcalde. Que la gente cuestione su calidad de vida en su cotidianeidad a través de problemas concretos, como el transporte, por ejemplo, o qué modelo de ciudad deberíamos tener. De esta manera se van a ir dando cuenta que se debe exigir una planificación de transporte y, en general, una planificación de la ciudad.
Todo esto es importante porque quien puede hacer un cambio sostenible es la población. Nosotros podemos llegar a un cargo político o ejercer presión política, pero será superficial, para llegar a tener fortaleza tenemos que empoderar a la gente.
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PD: Y aquí el poema...
“De qué sirve la bondad”-Bertolt Brecht
1
¿De qué sirve la bondad
si los buenos son liquidados inmediatamente,
o son liquidados aquellos para los que se ejercía la bondad?
¿De qué sirve la libertad
si los libres tienen que vivir entre quienes no lo son?
¿De qué sirve la razón
si sólo la sinrazón consigue el alimento que todos necesitan?
2
En vez de ser algo buenos, esforzaos
en construir un estado de cosas que haga posible la bondad.
O mejor aún: que la torne superflua.
En vez de ser apenas libres, esforzaos
en crear una nueva situación que libere a todos
y torne superfluo, también,
el anhelo de libertad.
En lugar de ser poco razonables, esforzaos
en crear un estado de cosas que convierta a la sinrazón
en un mal negocio.