#ElPerúQueQueremos

Aunque los dioses te lo digan

Pequeñas experiencias para recordar que no estás solo.

Publicado: 2015-01-19

Junio del 2014: Un joven bachiller de arquitectura va con mi familia al en ese entonces recién inaugurado Real Plaza Salaverry para conocerlo, cuando de repente se cruza con una conocida columnista político-social de Lima a la cual llevaba varios meses escribiéndole para que le diera su opinión sobre un blog que había iniciado desde comienzos de año. ¿Por qué le interesaba su opinión? Porque veía en ella (y en ocasiones aún ve) una gran habilidad para transmitir con eficiencia y frescura cada una de sus opiniones sobre diversos temas que apreciaba en nuestra sociedad, y porque justamente fue ella quien le inspiró a publicar sus intereses vía web. 

- Hola, no sé si me recuerdas pero hace meses te escribí para que opinaras sobre mi blog. - ¡Ah, eras tú! En serio, discúlpame pero he estado full y no he podido revisarlo; pero en serio, te prometo que lo voy a leer. - Sí no te preocupes, te reenvío el link entonces para que lo revises mejor. - Ya perfecto, me lo mandas y yo te escribo. - Listo, así quedamos. ¡Muchas gracias!

Esa misma noche le reenvió el link, y pese a que lo volvió a hacer un par de veces más ella jamás le respondió al respecto. En otras palabras, ella ignoró completamente a quien probablemente era su fan número uno fuera de su entorno social.


Enero del 2015: El blog del joven anteriormente mencionado acababa de cumplir un año de fundado, y dada la buena acogida que éste tuvo decide buscar apoyo directo e indirecto de distintas personas para que el blog pueda mejorar y enriquecer su contenido. Es así como se anima a acudir a una reconocida periodista de una cadena de noticias a quien admiraba por sus conocimientos sobre medios digitales y redes sociales y porque además tenía un blog en el cual contaba opiniones y pasajes de su vida de una manera entretenida e interesante. Pese a que no recibió respuesta de ella al escribirle vía web ni a través de un amigo que la conocía, al final pudo conseguir el teléfono de su oficina y así fue como se comunicó con ella:

- Buenas tardes, no sé si R***** (quien es familiar de ella) le habrá hablado de mí, pero tengo una página que acaba de cumplir un año y me gustaría saber si podría verla uno de estos días para saber cómo mejorarla - Disculpa, pero eso de dar asesorías no es algo a lo que yo me dedique - En todo caso, ¿podría reunirme con usted para que me dé algunos consejos al respecto? - Bueno, como verás yo no puedo reunirme contigo porque no te conozco y como te dije eso no es lo mío, pero anota mi correo y por ahí podría darte algunos consejos. - Listo, muchas gracias.

No está de más recalcar que esta llamada se realizó desde la puerta del canal donde ella trabaja (si él no iba hasta allá no hubiera conseguido el teléfono). Al darse cuenta de su poco interés y de que dejó en "visto" un inbox que él le mandó, simplemente decidió hacer de cuenta que aquella conversación nunca se dio.


Como se habrán dado cuenta esto no tiene mucho que ver con lo que normalmente escribo. Pero les pregunto: ¿no les ha pasado alguna vez que cuando consiguen acudir a alguna persona a quien admiran, extrañan o hasta aprecian simplemente los ignoren o les digan (asolapada o directamente) que sus asuntos no son importantes para nadie? Les digo algo: solo por el hecho de haber tenido la oportunidad de vivir ustedes ya son una parte importante de este universo, así sus sueños y metas sean pequeñas o grandes. Puede que como en los casos anteriormente relatados ustedes sufran decepciones de quienes endiosan, pero alrededor suyo también tienen personas que darían bastante por acercarse a ustedes y que no han identificado incluso teniéndolas muy cerca (y quién saben si hasta las ignoran). Recuerden: al menos que lo decidan ustedes nunca estarán solos, y si alguien se los hace sentir no paren hasta demostrar lo contrario a tal punto que ellos digan: “¡Cómo no le hice caso cuando no era nadie!”. Sea lo que sea a lo que apunten alcáncenlo y compártanlo gratamente con quienes los apoyen y sin rencores con quienes no. Se los aseguro: cuando llegue ese día, confirmarán que su vida valió la pena. 


Escrito por

Juan Carlos Gonzales

Arquitecto con aires de periodista y sueños de músico. @JuankGonzales


Publicado en

Maquetas Aparte

Momentos de arquitectura y mucho más: entrevistas, noticias, columnas, etc. Síguenos por Facebook y Twitter.